Francisco Nolasco Cordero

Nació el 22 de diciembre del 1932 en el paraje La Isleta, en el municipio de Hostos, Provincia Duarte y falleció en Pimentel el 19 de junio de 2007, aquejado de una neumonía crónica que se sumó a su ya padecimiento del mal de Parkinson. Su nombre completo fue Francisco del Carmen Nolasco Cordero, pero era llamado por sus amigos y colegas como El Vate y/o Nolasco Radio.

Poeta y narrador. Considerado por muchos como uno de los escritores más atrevidos y excéntricos del país caribeño. Escribió versos y prosa cargados de metafísica, costumbrismo, vanguardia, simbolismo y lo sexual en su crudeza.

Nolasco Cordero fue a residir al municipio de Pimentel siendo un mozalbete, a la edad de 12 años, donde vivió hasta el día de su muerte, junto a sus padres. Su llegada a esa comunidad tenía como finalidad completar sus estudios primarios. También realizó los secundarios en ese municipio. Desde temprano en su vida mostró gran interés por la lectura, la escritura y la poesía. Luego de terminar el bachillerato, se marchó a la capital dominicana por el año 1953. Estudió dos años de Medicina y uno de Filosofía en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en cuyo seno formó parte del coro de voces de ese alto centro de estudios.

En política participó en la Guerra de abril de 1965, junto a otros amigos y compañeros de estudios. En su morada se ocultaban las armas y pertrechos que serían utilizados en un frustrado golpe de estado, en contra del Triunvirato gobernante. Creó una emisora de radio clandestina, a través de la cual eran difundidos mensajes en Pimentel. Fue administrador municipal del Instituto Nacional de Agua Potable y Alcantarillado (INAPA). También fue Concejal de la Sala Capitular del Ayuntamiento Municipal de Pimentel en el período 1982-1986 presidiendo la misma en varias ocasiones. Fue técnico-reparador de aparatos electrónicos, de ahí el sobrenombre de Nolasco Radio. También se desempeñó como marinero, agricultor y comerciante ferretero. A su negocio iban a visitarlo intelectuales de todas partes, así como sus amigos del pueblo. Muchas de sus obras salieron de allí, en los momentos en que no era ocupado por sus clientes.

Francisco Nolasco Cordero dejó un legado literario integrado por su primer obra que fue un poemario titulado Caricias de Lumbre (cargados de textos de notable línea metafísica) y por las novelas  Papaján y Tracaveto (ambas marcadas por la  influencia de la postguerra), Tu sombra³, Y luego Juan de Lucas,  Jando el New York Man y La Tranca; además del cuento Juan Pancho, el poemario La estación del polvo y las novelas inéditas aún, Mangá Isidrón  y Chanflín.

Por Ramón Saba