El origen pagano de San Valentín

La festividad de San Valentín es, para muchos, sinónimo de amor y consumismo a partes iguales. Enormemente popularizada durante el siglo XX, el día de los enamorados es una de las fechas que más beneficio genera y en la que regalos de todo tipo que evocan un amor romántico llenan los escaparates de todo el mundo. Sin embargo, el origen de esta fiesta es mucho más antiguo y ha ido evolucionando a lo largo de los siglos hasta convertirse en lo que es hoy en día.

Como ocurre normalmente con las fiestas cristianashay que remontarse hasta la Antigua Roma para saber de dónde vienen. El 15 de febrero era el día en que tenían lugar los Lupercales o la fiesta de Lupercalia, una celebración en honor a la loba Luperca que amamantó a Rómulo y Remo y al dios Luperco (que más tarde sería asociado con el fauno Pan). En Lupercalia, los hombres jóvenes de Roma se disfrazaban de  bestias y sacrificaban un animal, una cabra o un perro normalmente, a los dioses. Con la piel de la víctima fabricaban látigos que manchaban de sangre y empleaban para azotar a las muchachas del lugar, pensando que se las bendecía y aumentaban su fertilidad. Además, era común que la celebración fuera seguida por orgías y prácticas sexuales de toda clase.

Con el paso del tiempo y la cada vez mayor presencia de la Iglesia y del cristianismo, el papa Gelasio I prohibió en el año 494 d.C. la fiesta de Lupercalia e intentó sustituirla por el día de San Valentín. Existen diversos personajes que se asocian con San Valentín y varias historias en torno al mártir; la más común es que fue ejecutado por celebrar bodas cristianas en el Imperio Romano y la otra es que murió asesinado al no querer renunciar a su fe cristiana. Gelasio I utilizó el vínculo de San Valentín con el amor como forma de sustituir los Lupercales.

No sería hasta el año 1382 cuando el día de San Valentín empezó a asociarse con la idea romántica del amor. El poeta inglés Geoffrey Chaucer publicó el texto ‘The Parliament of Foules’ (‘El parlamento de las aves’) en el que se afirmaba que el día de San Valentín era el momento en el que las aves y los humanos buscaban pareja. Este poema fue muy popular en las islas británicas y acabó por extender la idea de que existía una relación entre el 14 de febrero y el amor al resto de Europa. No sería hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando nacería la concepción consumista de la festividad, siendo el primer lugar donde se vendieron tarjetas de San Valentín una pequeña librería de Worcester, Massachusetts, en la década de 1840.